Caminando: A Gouxa-Pena de Francia-O Mosteiro-Bidueiros-A Gouxa.

Caminando: A Gouxa-Pena de Francia-O Mosteiro-Bidueiros-A Gouxa.

Si el paisaje es la imagen de un territorio, las tierras de Dozón son el espejo del panorama de la media montaña gallega, un escenario vivo en el que los actores principales son tanto las gentes desempeñando sus actividades agrarias diarias, como el ganado que pasta en sus elevaciones y los cambios multicolores de la vegetación en las diferentes estaciones. Un paraíso humanizado en equilibrio con la naturaleza. Proponemos un paseo por el latir de las montañas de la Dorsal Central Galega.

Nuestro camino sale de A Gouxa y llega de nuevo a ella en ocho quilómetros. El punto de partida es un lugar especial, mítica feria de origen medieval que conserva un gran atractivo gastronómico y mantiene en pie algunos pendellos cuya traza arquitectónica abierta se pierde en los tiempos. Desde la amplia plaza que acoge el recinto moderno, al amparo de viejos robles que quedan como testimonio de un gran número de compañeros, partimos por el Camino Real, vía que seguían los arrieros que cruzaban estas altas tierras desde Ourense hacia el norte de Galicia. A ambos lados van quedando las alargadas y bajas construcciones en las que se intercambiaban los productos y que hoy están cerradas presentando el aspecto de viejos almacenes. Uno de ellos, al salir del lugar, a la derecha, con entrada en arco, es la antigua capilla, hoy empleada para otros usos.

Seguimos una pista terrera cortejada por robles y abedules, que nos separan de las carballeiras, de los amplios praderíos, de las granjas y las vacadas de raza Rubia Galega. Alcanzado el primer kilómetro, accedemos a una pista asfaltada. Tomándola a la derecha ascendemos suavemente hacia la parte alta del recorrido, entre extensos prados montanos a la izquierda y repoblaciones forestales comandadas por pinos de Oregón a la derecha. Llegamos así (km 3) a uno de los puntos más singulares del municipio, la Capela de la Virgen de Pena de Francia, lugar legendario y de profundo significado histórico en la comarca, de inabarcables vistas panorámicas.

Desde el santuario se baja por la no menos famosa área recreativa romera, pudiendo hacer un alto para beber en su monumental fuente y descansar bajo los árboles en sus mesas y bancos. Emprendemos entonces el descenso hacia la parte más poblada, por un ancho camino, del que poco después de pasar unos depósitos de agua contra los incendios, una senda desciende a la izquierda para acceder a un pequeño bosque, antiguamente más extenso y conocido como Carballeira do Rei. Allí surge el río Asneiro, de dos nacientes que manan de la tierra y se juntan en un área húmeda bajo abedules y robles. Una blanca peña recuerda a la Virgen a modo de pequeño altar pétreo.

De vuelta al camino bajamos hacia la aldea de O Carballo (km 4,5), anunciada por la aparición de grandes castaños. Entrando por una fuente con lavadero y a la derecha atravesaremos el lugar admirando buenos ejemplos de arquitectura tradicional en viviendas y construcciones adjetivas, así como abundantes castaños podados que hay alrededor de las casas. Cruzando la carretera local entramos en Quintá, alargada aldea-camino que otea, entre muros, bojes, higueras y parras, el núcleo de O Mosteiro.

O Mosteiro (km 5) es el emplazamiento histórico artístico más importante de la zona. Si la iglesia del antiguo monasterio mantiene todo su esplendor, no quedan atrás la propia aldea y sus construcciones, con buenos ejemplos de hórreos y viviendas, algunas con escudos nobiliarios que recuerdan el poder que tuvo antaño este lugar. Saliendo se toma una pista asfaltada a la izquierda, quedando a mano derecha una fuente con lavadero y un molino, bien conservado, del que se puede ver el cubo adosado al alero.

Seguimos un breve ascenso desde el que dejaremos el asfalto para seguir por caminos ancestrales y llenos de vida hacia Bidueiros. Pasaremos tramos de bosque denso, con zonas de claros que descubren escenas agrarias de gran belleza salpicadas de árboles monumentales, y otros trechos entre altos muros y congostras de roca arenosa. En esta trama de caminos, que nos trasladan al paisaje retratado en el romanticismo artístico y literario del siglo XIX, existe una total harmonía entre el ser humano y la tierra que lo sustenta y los sentidos recuperan su esencia primitiva, enriquecida por agradables encuentros con los paisanos y sus vacadas. Un cencerro que suena, un mugido que sorprende, una bucólica vista de los prados y bosques y llegaremos hasta el cruce de Bidueiros (km 7).

Tras respirar aire puro y expandir los sentidos, haremos el último kilómetro siguiendo de nuevo caminos de tierra y piedras, a la sombra de robles emparejados con los muros y praderías ganaderas. Tendremos que superar, mediante una línea de piedras a la orilla izquierda del camino, el Río Asneiros, que no pertenece a la cuenca del Ulla, confluyendo con el Arenteiro para buscar las aguas del río Miño. El último tramo se comparte con el Camino de Santiago, variante de A Gouxa. Subiendo suavemente por una pista que, atravesada la carretera local, se vuelve camino, accediendo a la feria de A Gouxa.

150 150 Dozón Turismo
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