Castro de San Salvador do Castro
A más de 750 metros de altitud, sobre las llanuras que enrasaron las antiguas montañas gallegas, se eleva una colina que alberga el castro de Dozón, génesis de su poblamiento, origen del paisaje cultural de esta parte de las tierras de la Dorsal Central Galega. El asentamiento castreño de San Salvador, llamado simplemente “O Castro”, fue aprovechado en emplazamiento y simbolismo por el cristianismo, albergando la sede parroquial a su pie, en la propia aldea de O Castro. La localización, con excelentes vistas, es algo habitual entre estos recintos fortificados y que la propia recurrencia toponímica suele evidenciar. Presenta la típica corona central, que alcanza una hectárea de extensión, el parapeto y una estructura en foso que la protege por el oeste. La humanización ha desdibujado su perfil y modificado parte de sus límites ocupando, el espacio construido y las actividades agropecuarias actuales, una porción de su extensión original, posiblemente sirviéndose de las antiguas terrazas que generó su desborde. Con todo, resulta evidente la socorrida forma circular a partir de la topografía natural del terreno, con una interrupción en la parte noreste que debió de constituir su acceso más importante. Está asociado a una zona de enterramientos prehistóricos de los que se conserva, apenas, el conocimiento de su último representante: la mámoa de Coto da Mámoa.