Lavadero de Fontestrada
Muy cerca de la capital del municipio, en la aldea de Fontestrada, podemos visitar este bello ejemplo de arquitectura popular dedicada al aprovechamiento doméstico del agua. Se trata de un lavadero público comunal, muy bien conservado y restaurado, en donde se lavan a mano, cada vez menos, las prendas de ropa y otros tejidos de uso frecuente. Los lavaderos se encuentran normalmente en las aldeas o muy próximos a ellas, necesitando la existencia de agua permanente, para cuyo acopio se emplean distintas técnicas que los acaba definiendo tipológicamente. Algunos aprovechan el paso de un pequeño arroyo, pero el de Fontestrada se beneficia de la presencia de una caudalosa fuente de dos caños a diferentes alturas. Desde ella el agua cae en un estanque, que hace de cuba para alimentar el pilón central. En este, habitualmente cuadrado, pero aquí de original forma trapezoidal, es donde se lava la ropa utilizando una línea de losas inclinadas y unidas que coronan el gran recipiente. El lavadero de Fontestrada presenta otros elementos típicos de estas construcciones como: su sostenimiento en columnas de piedra y muretes; un techo compuesto por una estructura de vigas, cerchas con tirantes y puntones que sostienen el tejado, en este caso a dos aguas; la existencia de un corredor elevado en el que colocar las tinas de ropa; o el hecho de encontrarse encajado en el terreno y protegido por un muro en la parte más expuesta a las inclemencias del tiempo.