Caminando: Camino de Santiago - Vía de La Plata Dozón
El Camino del Sueste o Vía de la Plata parte de Sevilla hacia el norte desviándose en tierras zamoranas. Tras superar Sanabria, penetra en Galicia por los altos de A Mezquita y A Gudiña. Entra en el Deza desde Cea y Oseira, dos variantes que tienen punto de salida en las inmediaciones de las aldeas castrexas de Amear y A Gouxa.
La variante de Amear alcanza Dozón en una embrujadora carballeira que limita con el orensano Piñor de Cea, quedando 74 kilómetros para la ciudad del Apóstol. Pronto superamos un arroyo mediante alargados sillares. Comienza entonces una cuesta entre altos muros escoltados por robles que, convertida en pista forestal nos llevará, en varios escalones, hasta las cumbres serranas. Los abedules indican la notable altitud, acompañados por pinos y repoblaciones forestales. Cortos tramos en cuesta abren nuevas vistas, cada vez más amplias, aprovechando el dominio de los pastos de montaña y un matorral compuesto por tojos, brezos, brecinas y carquesas, en hermosos contrastes cromáticos, acuarela de colores que varía a lo largo del año. Las cumbres no son yermos, presentando un mosaico paisajístico en el que pastos y mato, ambos obligados para el equilibrio del sistema agrario tradicional, dominan sobre parches arbóreos, alineados bosques de ribera en vaguada y cuadrículas arbóreas limitando las fincas.
De las extensas vistas sobre las laderas orensanas de Piñor, cerca del Monte Gándara (867 metros de altitud), en el Coto Frío (km 3,3), pasamos a la vertiente del Deza, comenzando a abrirse ante nuestros ojos espléndidas panorámicas sobre el noreste pontevedrés. Cumbres agrestes, grandes aldeas y la retícula del parcelario agrario salpicada de castros son parte de un paisaje de hondo significado humano y natural. En rápido descenso se alcanza la capital municipal, O Castro (km 4,6), donde enlazamos con la alternativa de A Gouxa.
La variante de A Gouxa procede del monasterio de Oseira, en Cea. Entra en el muncipio de Dozón al atravesar, entre abedules, el Rego de Amear. Este arroyo forma pequeñas brañas de interesante biodiversidad. El camino sigue una senda muy antigua transitada desde antaño por arrieros que iban a mercadear hasta A Gouxa. Llegados a este lugar (km 0,7) cabe reparar en los pendellos, especialmente aquellos que mantienen la estructura abierta del siglo XVIII y responden a la original arquitectura tradicional de estos recintos.
Desde allí, por un paso de piedras se supera el Río Asneiros (km 1), de la cuenca del río Miño, seguimos caminos arbolados y con muros para llegar a Bidueiros. En un cruce con un antiguo cruceiro, hoy en varios fragmentos, accedemos a pista asfaltada. Entre prados y vacas aparece la iglesia parroquial y, seguidamente, su núcleo principal. Bidueiros (km 1,8) nos deja una viva estampa ganadera y una arquitectura tradicional bien conservada, con cuadras tradicionales llenas de vacunos. Un lavadero, que tuvo cruz de piedra, nos saca de la aldea. Buscamos entonces la aldea de San Martiño entre huertas y prados húmedos, dibujando la cabecera del Asneiros en un bucólico paisaje. Una sombría robleda da entrada al lugar (km 2,5), otro hermoso ejemplo de arquitectura agraria tradicional en viviendas y construcciones adjetivas. En ellas se puede gozar de la presencia de vacas, gallinas y otros animales de granja. Pasado un peto de ánimas y llegados a un hermoso castaño se accede a la carretera nacional.
Siguiendo su margen derecho y alcanzada la primera curva, en Porto do Curro (km 3,1), se aprovecha una pista anexa. Así nos acercamos hasta la cabecera municipal, entrando por aceras desde las que se tienen gratos paisajes agrarios al norte.
Ambas variantes salen de la capital y se encuentran con la monumental iglesia de la “O”, parroquial de San Salvador do Castro (km 5). Pasada su cruz de piedra y dejando el castro a la derecha se alcanza el polígono industrial (km 5,7). Superado este seguiremos el trazado de la carretera principal, pero por un atractivo y boscoso camino lateral de tierra (km 6,3), que después se une a ella. Atravesándola en dos ocasiones para seguir su antiguo trazado, nos espera el famoso alto de Santo Domingo, importante paso montañoso a 700 metros de altitud. Poco después encontraremos la capilla de su nombre (km 8,1) y, al otro lado, un bar-restaurante donde se pueden reponer fuerzas. A lo largo del trayecto no dejaremos de ver vistas interesantes. Poco más allá (km 9) tomaremos una pista terrera que sale a la izquierda y asciende de nuevo, hasta Mámoa de Xandín (km 9,6), donde una bifurcación señala el paso entre los municipios de Dozón y Lalín. Algo antes, una panorámica excepcional hacia el este, origen y epílogo de Dozón, permite admirar la legendaria elevación de Pena de Francia y, tras ella, la Serra da Martiñá. Quedan 64 kilómetros para Santiago.